junio 18, 2011

La Polar: Malas prácticas en el Retail.

En la revista QUE PASA de esta semana aparece un reportaje con el tema económico del momento: la crisis de La Polar. Este caso estalló en los medios de comunicación hace un semana, pero con una baja cobertura, pero la presión ciudadana y la gravedad de los hechos lo ha puesto en todos los medios y ahora ya nadie ha salido a dar apoyo a la multitieda, pese a que en  un comienzo altas autoridades trataron de minimizar el hecho, como el Ministro de Hacienda. En este caso se mezclan una institucionalidad inadecuada y el discurso neoliberal desregulatorio, con nefastas consecuencias.

Esta multitienda, cuya mayor clientela está en los sectores medios y bajos, es decir en los llamados sectores más riesgosos del mercado de las tarjetas de crédito, eligió el camino del riesgo como estrategia de crecimiento en un mercado altamente competitivo, donde no veían espacios para su crecimiento.
Ya se está comparando, guardando las proporciones, esta crisis de La Polar con la crisis "Subprime", ya que se entregó poder de endeudamiento a personas que no tenían capacidad suficiente para ello, ya que tarde o temprano iban a empezar a dejar de pagar por su inestabilidad de ingreso, y que es lo que efectivamente ocurrió. La forma como se enfrentó esta alta morosidad que les afectó fue como apagar un incendio con bencina: haciendo repactaciones a los deudores morosos sin el consentimiento de éstos, y lo que es más grave, a altas tasas de interés. Esto significó que deudas de 200.000 pesos se convirtieran en 2.000.000 pesos, lo que colocaba al cliente en una situación imposible de resolver dada su condición de bajos ingresos e inestabilidad laboral. La situación quedó fuera de control, y ocurrió lo que tenía que ocurrir: los clientes afectados se vieron obligados a reclamar ante el Sernac y a unirse apoyados por organizaciones ciudadanas para obtener apoyo legal.
Ahora el caso está en manos de las instituciones pertinentes, las que no hicieron su trabajo dado que no fueron capaces de detectar oportunamente estas irregularidades, y hoy se habla derechamente de delitos económicos cometidos. El daño a la credibilidad y competencia de la institucionalidad del sector es grande, y la opinión publica esta cuestionando a otros actores del reatail, ya que no es descabellado pensar que otras empresas también hayan recurrido a malas prácticas como "estrategia" para su crecimiento o evitar perdidas.
En los días siguientes se verá si los nuevos ejecutivos de La Polar serán o no capaces de salir airosos de esta grave crisis con las medidas que están tomando. Se ve difícil revertir la perdida de credibilidad de sus stakeholders ya que los pasos dados no van en la dirección correcta, puesto que nadie a salido a apoyarlos.

En este caso es valido más que nunca reflexionar sobre una pregunta esencial:

¿Se puede actuar en el mundo de los negocios haciendo abstracción de la ética?



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