octubre 17, 2015

La Desigualdad de ingresos, Ordenes de magnitud.

La desigualdad en los ingresos, tema central en "El capital en el siglo XXI" de Piketty, puede ser analizada en tres términos*:

1.-  La desigualdad en los ingresos del trabajo
2.-  La desigualdad de la propiedad del capital y de los ingresos que produce.
3.-  La relación entre estas dos dimensiones.

A su vez, se debe señalar que los ingresos producto del trabajo son: sueldos y salarios más los no asalariados (independientes, sobre todo profesionales) y los ingresos del capital: rentas, dividendos, intereses, regalías, beneficios, plusvalías, etc.

Es ilustrativo examinar los Ordenes de magnitud que se producen al analizar la desigualdad en los ingresos:

a) En los ingresos productos del trabajo, la participación del 10 % de las personas que reciben el ingreso más elevado suele ser de un 25 a 30 % del total de esos ingresos.

b) En el caso de los ingresos generados por el capital, el mismo 10 %  suele ser equivalente a más del 50%, y en algunas sociedades puede llegar a un 90%. Esto habla de una diferencia extrema.

Lo anterior no significa que la magnitud de la diferencia en los ingresos del trabajo pueda ser considerada como moderada, razonable o apacible...Esto porque esos ingresos representan entre dos tercios y tres cuartos del total del ingreso nacional, y, además, porque los niveles de desigualdad en los distintos países son muy significativos, producto de las diferentes políticas públicas aplicadas y que producen importantes consecuencias en las condiciones de vida de grandes grupos de la población.

Para ejemplificar es ilustrativo analizar lo que ocurre al considerar un promedio de salario de 2000 euros mensuales ($ 1.540.000). En el caso de países escandinavos, considerados los más igualitarios, correspondería a:

- 4000 euros ($ 3.080.000) para el 10% de los mejor pagados (dentro de ese subgrupo el 1% recibe unos 10.000 euros ($ 7.700.000);
- 2250 euros ($1.732.500) para el 40% del medio o clase media
- 1400 euros ($1.078.000) para el 50% peor pagado.

En cambio la distribución menos igualitaria, el caso de EE.UU., puede verse claramente una mayor diferencia:

- 7000 euros ($5.390.000) para el 10% mejor pagado, cuyo 1% recibe 24000 euros ($18.480.00)
- 2000 euros ( $1.540.000)  para el 40% del medio
- 1000 euros ($770.000) para el 50% de abajo.

Las consecuencias a todo nivel de estos guarismos señalan la necesidad de comprender las fuerzas económicas, sociales y políticas que determinan estos grados de desigualdad en los ingresos del trabajo en las distintas sociedades.

Esta desigualdad en los ingresos del trabajo, al ser comparada con la de los ingresos del capital, puede ser considerada como moderada, pues la distribución de la propiedad del capital es extremadamente desigual en todos los países y en todas las épocas.

A comienzos de la década de 2010, en los países europeos (Francia, Alemania, Reino Unido, Italia) el 10% de los mayores patrimonios equivalía a un 60% de la riqueza nacional. Por su parte el 50% más pobre de capitales poseen siempre menos del 10% de la riqueza nacional, en general en torno al 5%.
En Francia (2010-2011), el 10% más rico tenía un 62% del patrimonio total y el 50% más pobre solo un 4%. En EE.UU. el décil superior poseía más del 72% y la mitad inferior apenas alcanzaba un 2% de la riqueza nacional.

Esta realidad extrema, que da cuenta del grado de concentración de la riqueza patrimonial, exige de forma indispensable un estudio metódico y sistemático del capital y la dinámica de su distribución.

Hasta donde es posible saber, no existe sociedad alguna, en la actualidad ni en el pasado, en la que se pueda observar una distribución de la propiedad del capital que pueda ser calificada razonablemente de "débilmente" desigualitaria. Una sociedad en la que la mitad de menores ingresos poseyera una parte significativa, por ejemplo un quinto o un cuarto, del patrimonio total.

Esta mirada del economista Piketty, sobre el tema de la desigualdad de ingresos, aparece como irrefutable por el respaldo de los números, y no es aventurado afirmar que esta desigualdad existente en los países ricos debe ser aún más extrema en Chile y en los demás países de la región.


*Nota: Reseñado de "El capital en siglo XXI" de Thomas Piketty, Capítulo VII "Desigualdad y concentración: primeras referencias".


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