Desaceleración de la economía chilena.

El tema que está copando la agenda en Chile es, sin duda, la desaceleración de la actividad económica y que tiene muy preocupadas y ocupadas a las actuales autoridades de gobierno. El IMACEC en lo que va del actual 2014 ha tenido una evolución negativa en forma sostenida: Febrero 2,9%, Marzo 2,8% Abril y Mayo 2,3%, y se desplomó a un 0,8% en Junio,  encendiendo todas las luces de alarma, tanto en el gobierno, como en la oposición, el mundo empresarial y por cierto el ciudadano de a pie, ya que es un asunto que afecta a todo el mundo.

Las explicaciones del fenómeno son diversas: desde el mundo empresarial y la centro derecha lo adjudican a una reacción de los inversionistas ante la reforma tributaria que se encuentra en sus trámites finales en el congreso, pues, mientras no se clarifiquen las nuevas reglas del juego en el tema tributario, es normal que los inversionistas adopten una actitud de espera. Desde estos mismos sectores,  se hace presente que la inversión que proviene desde la empresa privada es un 80% del total de la inversión para el desarrollo económico en nuestro país. Es un guarismo de gran relevancia, y explica el por qué las autoridades del actual gobierno tuvieron que negociar aspectos relevantes de dicha reforma (una reforma estructural a los tributos), uno de los ejes centrales de su programa de gobierno, pese a contar con los votos necesarios para aprobarla sin necesidad de los votos de la oposición. Desde sectores más ortodoxos de la Nueva Mayoría surgieron protestas pues consideran innecesario buscar consensos con la oposición. Comunicacionalmente hablando, la protesta indicada se tradujo en la práctica en la instalación ante la opinión publica de una suerte de demonización de la palabra consenso, sobre todo en la centro izquierda.

Por otra parte, desde el gobierno, se ha declarado, con datos irrefutables, que la actual desaceleración económica comenzó durante el gobierno de Piñera y se ha acentuado por causas externas, como la desaceleración de la economía china y la consecuente baja del precio del cobre y de la actividad minera en general, sustento de nuestra economía, además de una sobre reacción del sector empresarial respecto  a los efectos que tendría la reforma tributaria en la inversión.

En este contexto, las personas de a pie se preguntan ¿Por qué bajó la actividad económica en nuestro país? y la respuesta no es tan simple, ya que existen varias causas, la realidad es muy dinámica y no es serio buscar culpas en un solo sector. Cuánto proviene del sector externo, por la desaceleración de China y Europa que sigue sin despegar... y cuánto es atribuible al ruido que produce la reforma tributaria. Es razonable hablar de porcentajes más o menos equivalentes.

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