Comunicación Política y redes sociales.

Las relaciones entre gobernantes y gobernados están cambiando radicalmente, es un hecho que nadie puede desconocer. Hoy las comunicaciones van desde la ciudadanía hacia los gobernantes y la clase política. Éstos deben estar atentos a cuanto ocurre en sus entornos, pues de no percibir los continuos cambios que ocurren corren el riesgo de ser desplazados. En tal sentido, a nivel de opinión pública, es posible percibir el nuevo sentido que han adquirido conceptos e instituciones como la transparencia, la participación, el control, etc.; hoy ya no son meros conceptos, pues existe una ciudadanía empoderada que tiene las herramientas y la clara conciencia de su capacidad de exigir que el sentido de dichos conceptos no sea solo apariencias.

Desde luego es posible observar en las campañas electorales como la clase política ahora usa las redes sociales desde una doble dimensión: por un lado como plataforma de comunicación y propaganda partidaria, pero además como fuente para extraer información sobre el estado de la opinión pública en temas relevantes. En la última elección presidencial de nuestro país este aspecto fue muy evidente, ya que la campaña electoral giró esencialmente en torno a los temas de la agenda pública, los que tuvieron que ser recogidos por los candidatos adaptando sus ideologías o cosmovisiones políticas a dichas temáticas.

Hoy la ciudadanía exige un gobierno abierto, es decir, un gobierno que escuche lo que ellos dicen y piden, que en la toma de decisiones estén sus necesidades y preferencias, y una comunicación abierta y transparente sobre lo que se hace y decide desde las altas esferas. Quienes crean que se puede ser un gobierno abierto introduciendo solo cambios cosméticos en su organización están muy equivocados. Hoy asistimos a un cambio del viejo paradigma del "el que se mueve no sale en la foto", que premiaba el inmovilismo en los partidos, por unas fotografías digitales que capten y premien la acción y el movimiento.

Sin embargo, los movimientos ciudadanos de las redes sociales son un fenómeno que está en proceso de desarrollo, por lo que sus acciones aún no son determinantes  para producir un cambio real y efectivo en el estatus quo, lo que permite que aún persistan viejas prácticas políticas en las altas esferas gubernamentales.