En el actual mes de Septiembre comienza a tener plena vigencia el acuerdo 169 OIT, firmado por Chile hace exactamente un año atrás.
El proceso duró nada menos que 15 años, y es un lapso de tiempo incomprensible para una problemática que requiere urgentes cambios profundos en distintos ámbitos, tanto desde la institucionalidad gubernamental como de la población chilena en general.
Es un problema que debe ser abordado en forma transdiciplinar, ya que están involucrados temas sociales, políticos, sicológicos, económicos, antropológicos, y por lo tanto es esperable que ante la plena vigencia de este acuerdo se produzca para empezar una mayor sensibilización de los múltiples problemas de las etnias en nuestro país.
En estas últimas semanas ha recrudecido el conflico con la etnia mapuche, la más numerosa de todas, y aún en nuestra sociedad está instalado el discurso discriminatorio hacia esa etnia, que es parte importante de nuestra constitución genética ya llevamos sangre mapuche la gran mayoría de quienes vivimos en esta nación. Este discurso discriminatorio hay que buscarlo desde sus origenes, entre otros, en los medios de comunicación, que han naturalizado un trato discrimintario y esterotipado de gran parte de la nación chilena, hacia los mapuches, situación que ha repercutido negativamente en cuanto a menoscabar su identidad y sus expresiones culturales. Y como todos sabemos los medios de comunicación responden a un sector social claramente identificado, la elite económica y política, quienes están y han estado en el pasado involucrados en el despojo que se ha cometido contra esta etnia, y a través de los medios de comunicación nos han dicho cómo debemos ver a este pueblo, cómo debemos valorarlo (en realidad sub valorarlo), han instalado los estereotipos, etc., los que de tanto repetirse han ido siendo considerados como algo "natural". Sin embargo esta misma sociedad puede contribuir a cambiar esta situación de discriminación, siguiendo a Pierre Bordieu, cuando éste decía en su teoría del "habitus": "lo que la sociedad le hace a los individuos ésta misma puede deshacerlo". Pero para ello es necesario la voluntad de quienes tienen el control de los discursos sociales, es decir de los medios de comunicación y de quienes son sus propietarios, los grupos de la elite económica y política.
Como se trata de un tema muy complejo, desde ahora en adelante tendrá una connotación que esperemos que sea de cambio en la valoración en su justa medida de este pueblo milenario.
Link con una entrevista en Expansiva UDP a Jorge Contesse, Director del Centro de Derechos Humanos de la Universidad Diego Portales, quien da su opinión y explica cuáles son los principales desafíos que tiene Chile para implementar eficientemente en Convenio 169 de la OIT. en: expansiva/entrevista
El proceso duró nada menos que 15 años, y es un lapso de tiempo incomprensible para una problemática que requiere urgentes cambios profundos en distintos ámbitos, tanto desde la institucionalidad gubernamental como de la población chilena en general.
Es un problema que debe ser abordado en forma transdiciplinar, ya que están involucrados temas sociales, políticos, sicológicos, económicos, antropológicos, y por lo tanto es esperable que ante la plena vigencia de este acuerdo se produzca para empezar una mayor sensibilización de los múltiples problemas de las etnias en nuestro país.
En estas últimas semanas ha recrudecido el conflico con la etnia mapuche, la más numerosa de todas, y aún en nuestra sociedad está instalado el discurso discriminatorio hacia esa etnia, que es parte importante de nuestra constitución genética ya llevamos sangre mapuche la gran mayoría de quienes vivimos en esta nación. Este discurso discriminatorio hay que buscarlo desde sus origenes, entre otros, en los medios de comunicación, que han naturalizado un trato discrimintario y esterotipado de gran parte de la nación chilena, hacia los mapuches, situación que ha repercutido negativamente en cuanto a menoscabar su identidad y sus expresiones culturales. Y como todos sabemos los medios de comunicación responden a un sector social claramente identificado, la elite económica y política, quienes están y han estado en el pasado involucrados en el despojo que se ha cometido contra esta etnia, y a través de los medios de comunicación nos han dicho cómo debemos ver a este pueblo, cómo debemos valorarlo (en realidad sub valorarlo), han instalado los estereotipos, etc., los que de tanto repetirse han ido siendo considerados como algo "natural". Sin embargo esta misma sociedad puede contribuir a cambiar esta situación de discriminación, siguiendo a Pierre Bordieu, cuando éste decía en su teoría del "habitus": "lo que la sociedad le hace a los individuos ésta misma puede deshacerlo". Pero para ello es necesario la voluntad de quienes tienen el control de los discursos sociales, es decir de los medios de comunicación y de quienes son sus propietarios, los grupos de la elite económica y política.
Como se trata de un tema muy complejo, desde ahora en adelante tendrá una connotación que esperemos que sea de cambio en la valoración en su justa medida de este pueblo milenario.
Link con una entrevista en Expansiva UDP a Jorge Contesse, Director del Centro de Derechos Humanos de la Universidad Diego Portales, quien da su opinión y explica cuáles son los principales desafíos que tiene Chile para implementar eficientemente en Convenio 169 de la OIT. en: expansiva/entrevista
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