A mi juicio la interpelación de los parlamentarios de la alianza a Pérez Yoma, Ministro del Interior, muestra una vez más hasta donde se puede llegar en un año de elecciones, donde cada sector en pugna se las ingenia para buscar desprestigiar al maximo a su oponente. Las ideas y los proyectos son los que deberían intervenir, pero en el fragor de la lucha no hay demasiado espacio para ellas.
La política es la actividad humana que está presente en prácticamente en todo nuestro diario vivir, por lo que resulta curioso que dicha actividad sea tan poco atractiva para los millones de personas que no se inscriben y no les interesa. Cuesta encontrar otra actividad en la que lo que se haga o deje de hacer nos afecte tan directamente siempre. Sin embargo con conductas como las observadas esta semana en el congreso uno se explica que tanta gente esté desmotivada para participar.
El tema de las interpelaciones pienso que tiene un triste recuerdo a toda nuestra historia. Pienso por ejemplo que dicha conducta parlamentarista fué una de las causas de la caída de Balmaceda en el año 1891, cuando la oposición conservadora hizo de las interpelaciones a los ministros del presidente Balmaceda una práctica habitual, cuyo principal objetivo era terminar con el gobierno constitucional de la época. Obviamente hoy la situación política no está contextualizada para un desenlace tan radical como en el pasado, sin embargo es claro que significa pérdida de tiempo y recursos del gobierno al tener que estar respondiendo estas interpelaciones, y su reiteración hace inevitable recordar lo ocurrido en nuestra historia política.
Link con información de esta información en:
Diputado Arenas lanzó papel al ministro al mejor estilo colegial - Interpelación a Pérez Yoma se chacreó
La política es la actividad humana que está presente en prácticamente en todo nuestro diario vivir, por lo que resulta curioso que dicha actividad sea tan poco atractiva para los millones de personas que no se inscriben y no les interesa. Cuesta encontrar otra actividad en la que lo que se haga o deje de hacer nos afecte tan directamente siempre. Sin embargo con conductas como las observadas esta semana en el congreso uno se explica que tanta gente esté desmotivada para participar.
El tema de las interpelaciones pienso que tiene un triste recuerdo a toda nuestra historia. Pienso por ejemplo que dicha conducta parlamentarista fué una de las causas de la caída de Balmaceda en el año 1891, cuando la oposición conservadora hizo de las interpelaciones a los ministros del presidente Balmaceda una práctica habitual, cuyo principal objetivo era terminar con el gobierno constitucional de la época. Obviamente hoy la situación política no está contextualizada para un desenlace tan radical como en el pasado, sin embargo es claro que significa pérdida de tiempo y recursos del gobierno al tener que estar respondiendo estas interpelaciones, y su reiteración hace inevitable recordar lo ocurrido en nuestra historia política.
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