mayo 03, 2009

La razón humana emancipadora e instrumental.

La razón humana, "emancipadora del hombre" en sus orígenes, que tuvo su auge durante la ilustración en el siglo de las luces, con el desarrollo de la modernidad se transformó en "razón instrumental", lo que significó un giro de ésta y que hasta nuestros dias en pleno siglo XXI se mantiene inevitablemente, con todas sus luces y sombras, para bién o para mal, según sea la perspectiva con la que la enfoquemos.
La ilustración, el movimiento intelectual del siglo XVIII, el iluminismo sobre el oscurantismo medieval, marcó el impulso definitivo de la razón humana en todos los ámbitos, y sus pensadores afirmaban que ésta ayudaría a combatir la ignorancia y supersticiones imperantes, los regímenes tiránicos, y la liberación del hombre para construir un mundo mejor. Por ejemplo, la revolución francesa, la independencia de Estados Unidos, el auge del capitalismo y el nacimiento del socialismo, que significaron cambios profundos en todos los aspectos, estuvieron influidos en gran medida por esta corriente de pensamiento racional. Sin embargo esta “razón emancipadora” a poco andar perdió su rumbo original, y paso de ser una herramienta imprescindible para el dominio e intervención del hombre sobre la naturaleza para su utilización práctica, a ser una herramienta para ser usada en el dominio de otros hombres, por parte de quienes detentaban el poder, tanto económico como intelectual. Así tenemos el paso de la “razón emancipadora” a la “razón instrumental”, que ha perdurado e incluso se ha incrementado hasta nuestros días.
En este contexto histórico se produce el nacimiento del movimiento filosófico denominado la escuela de Francfort, integrado por importantes intelectuales alemanes como Max Horkheimer, Herbert Marcuse, Theodor Adorno, Erich Fromm, y otros, quienes originalmente habían orientado a esta institución hacia el estudio de la filosofía de Marx.
El negativo resultado del marxismo, al no ver cumplidos sus preceptos, entre otras razones por su excesivo cientifismo, al creer que las leyes científicas eran inmutable y que por lo tanto los cambios se producirían en forma natural, ya que se afirmaba que desde la dialéctica se produciría el cambio social observado históricamente, como una superación de los modos de producción capitalista, tal como había ocurrido cuando éste último había reemplazado al feudalismo, instaurándose el comunismo como modo superior de organización de la sociedad, que pondría fin a las injusticias e inequidades de todo orden existentes en el capitalismo.
Esta situación es la que lleva a estos intelectuales a dar un importante y necesario giro a sus investigaciones las que pasaron a centrarse en una crítica hacia la razón instrumental, ya que, afirmaban éstos, este uso instrumental de la racionalidad humana estaría en la base de las posibilidades que provocaron el impulso a la dominación a través de la técnica y la separación del hombre con su entorno natural, en los modos de producción capitalista. Al respecto es importante señalar lo que el filosofo húngaro George Luckacs afirma en su obra más trascendental “Historia y conciencia de clase”, donde éste recoge en forma significativa el concepto de “cosificación”, abordado por Marx en “El capital”, que dice relación con la transformación del trabajo del hombre en una mercancía, produciendo su alienación consecuente ya que pasa convertirse en una mercancía transable.
En este contexto los filósofos de la escuela de francfort dan nacimiento a la expresión “teoría crítica”, que fue impulsada por Max Horkheimer, y que estaba orientada a dar una visión crítica de los diversos autores y pensamientos filosóficos imperantes. La crítica de este pensador alemán estaba expresada en la negatividad dialéctica, que debía lograr un avance en la sociedad contemporánea para contribuir al cambio de éstas a través de la acción social. Esto estaba en concordancia con el pensamiento de Marx, quien pensaba que la reflexión teórica debía colaborar con el cambio en la sociedad. En este sentido es que la llamada razón instrumental, que se caracteriza por el cálculo de los beneficios o costos de su uso, lleva a la degradación de la razón, lo cual está demostrado históricamente. En tal sentido es que esto ha dado origen a las ideologías que intervienen en la sociedad usando la razón humana con fines utilitarios, para llegar al poder y a través de éste dominar al hombre y a la naturaleza. Esto se ha mostrado en nuestra historia reciente, con los resultados para la humanidad, donde podemos observar la explotación irracional de los recursos naturales y la alienación del hombre, que con todas sus incongruencias, han llegado a poner en peligro la supervivencia del hombre, convirtiéndose en un sistema no sustentable en el tiempo. Los nefastos ejemplos dejados por el nazismo y otros regímenes totalitarios han quedado como tristes ejemplos sobre lo que puede llegar a producir el uso instrumental de la razón humana, y que deshumaniza tanto a quienes la utilizan en su provecho como a quienes sufren sus efectos negativos.
Por lo tanto ha quedado demostrado que el uso de la razón humana, un bien inapreciable, si se utiliza sin control ético, sin una crítica, ha llevado a la humanidad a una situacion de peligro de la supervivencia del hombre y de nuestro planeta, por lo que es imprescindible que se produzca un cambio importante, y la ética sea la que tenga un papel trascendental en el presente y futuro, ya que solo con el uso de esta razón solo es esperable un cambio para el bien del hombre, y por lo tanto para que esta tendencia sea evitable. Pienso que en la razón del hombre esta la posibilidad de hacer evitable el mal uso de la misma.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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