La monarquía, como sistema político, perdura solo en forma simbólica en nuestro actual mundo globalizado, ya no tiene la relevancia que tuvo siglos atrás, cuando se les consideraba representantes de Dios en la tierra, y su dominio sobre todos los aspectos de la vida de sus súbditos era total.
No obstante el devenir de la humanidad, esta élite ha sobrevivido al paso de siglos de evolución social, y también a evolucionado, caso contrario habría desaparecido, y ha sabido adaptarse al cambiante entorno ocurrido en todos los ámbitos de la sociedad.
Un aspecto esencial de nuestra actual sociedad es su continuo cambio, y a su paso va dejando en el camino a quienes no se reinventan, o no se adapten.
Por eso resulta interesante conocer el devenir de las monarquías, en este caso la monarquía española, como un fenómeno que habla sobre las élites, cuya principal característica es su condición de ser esencialmente hegemónicas.
No obstante el devenir de la humanidad, esta élite ha sobrevivido al paso de siglos de evolución social, y también a evolucionado, caso contrario habría desaparecido, y ha sabido adaptarse al cambiante entorno ocurrido en todos los ámbitos de la sociedad.
Un aspecto esencial de nuestra actual sociedad es su continuo cambio, y a su paso va dejando en el camino a quienes no se reinventan, o no se adapten.
Por eso resulta interesante conocer el devenir de las monarquías, en este caso la monarquía española, como un fenómeno que habla sobre las élites, cuya principal característica es su condición de ser esencialmente hegemónicas.
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