Los ciudadanos indignados del movimiento denominado 15-M, en alusión a la fecha de su creación el 15 de Mayo 2011 en Madrid España, vuelven a las portadas de los medios de comunicación mundial, esta vez con una jornada de protesta social globalizada. Australia, España,Francia, EE.UU., Inglaterra, Chile, etc. y en más de 80 países se coordinan los movimientos ciudadanos que, hoy concientes de su poder, protestan contra el poder de las corporaciones, esencialmente las grandes empresas privadas, como las causantes de las profundas crisis económicas que azotan al mundo desarrollado y subdesarrollado. Las demandas incluyen: reformas electorales por mayores grados de democracia, lucha contra la corrupción de las instituciones tanto privadas como públicas, reformas a la Educación y Salud, etc.
Los efectos logrados hasta el momento no se pueden medir en lo político y económico, con hechos concretos, si no más bien se deben medir como un despertar de la conciencia ciudadana de plantearse en forma crítica contra las élites, las cuales ya no pueden seguir manipulando a su entero antojo a las mayorías. Hoy la ciudadanía tiene clara conciencia que pueden tener mucho poder si actúan en forma integrada, para alcanzar sus aspiraciones de un mundo más igualitario, más justo para todos, y no solo para las élites, como es lo que hasta ahora a ocurrido. Las élites políticas y económicas no logran percibir en su real dimensión lo que está ocurriendo en sus entornos, lo que habla de un problema comunicacional al interior de éstas, y lo que logran percibir bien o mal, no les permite actuar adecuadamente en muchos casos.
La acción de estos movimientos sociales está enfocada a producir cambios estructurales en la sociedad, con una mirada de más largo plazo, por lo que sus efectos sobre la coyuntura política-económica no son significativos aún.
Estamos entonces ante un fenómeno social que se encuentra en su fase inicial, pero que tiene proyecciones insospechadas en el mediano y largo plazo, donde las demandas de las mayorías no están en fase con el establishment actual. En Chile esta nueva ciudadanía empoderada ha tomado conciencia de su poder, y la clase política y económica se encuentra con poco espacio para moverse, ya que en ellos está el origen de los males actuales y por lo tanto resulta difícil pensar que quienes son causa puedan producir también los cambios.
Link: BBC Mundo - Noticias - Regresan los indignados españoles pero globalizados:Los efectos logrados hasta el momento no se pueden medir en lo político y económico, con hechos concretos, si no más bien se deben medir como un despertar de la conciencia ciudadana de plantearse en forma crítica contra las élites, las cuales ya no pueden seguir manipulando a su entero antojo a las mayorías. Hoy la ciudadanía tiene clara conciencia que pueden tener mucho poder si actúan en forma integrada, para alcanzar sus aspiraciones de un mundo más igualitario, más justo para todos, y no solo para las élites, como es lo que hasta ahora a ocurrido. Las élites políticas y económicas no logran percibir en su real dimensión lo que está ocurriendo en sus entornos, lo que habla de un problema comunicacional al interior de éstas, y lo que logran percibir bien o mal, no les permite actuar adecuadamente en muchos casos.
La acción de estos movimientos sociales está enfocada a producir cambios estructurales en la sociedad, con una mirada de más largo plazo, por lo que sus efectos sobre la coyuntura política-económica no son significativos aún.
Estamos entonces ante un fenómeno social que se encuentra en su fase inicial, pero que tiene proyecciones insospechadas en el mediano y largo plazo, donde las demandas de las mayorías no están en fase con el establishment actual. En Chile esta nueva ciudadanía empoderada ha tomado conciencia de su poder, y la clase política y económica se encuentra con poco espacio para moverse, ya que en ellos está el origen de los males actuales y por lo tanto resulta difícil pensar que quienes son causa puedan producir también los cambios.
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