Publicidad y consumidores.

EL CONSUMIDOR

El centro de la actividad publicitaria, el consumidor, orienta a ésta a obtener en primer lugar su atención, para luego lograr que dicha atención se transforme en una actitud activa hacia el producto que se le está dando a conocer. Para tales fines se deben seguir ciertas estrategias previo estudio de los grupos objetivos de nuestro mensaje publicitario.

Respecto al proceso de investigación existen algunas variables que nos ayudan a conocer más a fondo a nuestros consumidores. Éstas son las llamadas tendencias, deseos, objetivos, motivaciones, aspectos psicológicos involucrados en la decisión de comprar, etc.

En relación al caso particular del consumidor chileno, es posible hacer un perfil del mismo por la información entregada en los medios de comunicación, y la realidad que podemos ver en nuestro entorno. Éste muestra una marcada tendencia a adoptar conductas “consumistas”, más propias de naciones desarrolladas con ingresos per cápita entre 20 y 30 mil dólares, que comparadas con la realidad económica del 70 % de los chilenos muestran una gran diferencia, explicable solo con el masivo uso de las tarjeras de crédito en forma indiscriminada, y que ha permitido el acceso al consumo de bienes y servicios una gran cantidad de personas que de otro modo no podrían hacerlo. Sin embargo esta situación ha significado que existan en nuestro país también una inmensa cantidad de personas endeudadas mucho más allá de sus posibilidades, lo que a mi juicio no es sostenible ni recomendable en el largo plazo.

En este mismo sentido, hoy se habla de que el consumidor tiene el control respecto a elegir, pero este mismo estudio nos muestra que la estructura de consumo no es la más adecuada. Ejemplo, el consumo de alcohol versus consumo de leche (60 litros de alcohol- 20 litros de leche), o el consumo de carne vs pescado (81,3 kg – 12,9 kg per cápita). En tecnología estamos a la par con la mayoría de los países desarrollados, siendo el consumo de celulares el que mayor crecimiento ha tenido. Sin embargo nuestra país en otro tipo de de mediciones a nivel internacional deja mucho que desear. Ejemplo, en el sector educación, donde los mejores colegios chilenos están a distancias inalcanzables de los colegios de países desarrollados. Por lo tanto pienso que este poder de decisión del consumidor chileno es bastante cuestionable, y habla más bien de lo influenciable que todavía es respecto a otras culturas, ya que su decisión no responde a su realidad cultural y situación económica. La publicidad juega un rol relevante en dicha situación, crea realidades que son adoptadas sin mayor reflexión por parte de los consumidores, y en ese contexto no es casual que se produzcan efectos positivos y negativos. Lo que no siempre es advertido por los consumidores y en ese aspecto resulta problemático hablar de "poder real de decisión" de los consumidores.

Se puede señalar como positivo el empoderamiento de los consumidores, que hacen respetar sus derechos, obligando a las empresas y a su publicidad a ser transparentes.