enero 04, 2009

BERTRAND RUSSELL, Principios de reconstrucción social, 1916.

2009, año nuevo, como todos los años deseamos prosperidad, éxito, etc., pero al final siempre terminamos deseando que se acabe con la esperanza de que el próximo si que será mejor. Pienso que lo mejor es proponerse metas, predisponerse a realizar muchos y nuestros mejores esfuerzos para conseguir que nuestros deseos se acerquen a la realidad.

Una reflexión filosófica de Bertrand Russel, que a pesar de los años sigue vigente más que nunca. Mucho antes, hace mas de 2500 años, en la grecia antigua Sócrates y Platón, también reflexionaban sobre el miedo de los hombres al cambio, la tendencia a la inercia de los hombres, la "ausencia de la conciencia ética" y la falta de "conocimiento crítico" en la sociedad actual. Platón decía: "La satisfacción de una sociedad incapaz de tener una conciencia crítica de sus valores. Sócrates representaba la incomodidad humana frente a la seguridad de lo definitivo; y una duda aflora en el espíritu de Platón: por encima de las divergencias personales que pudieron empujar a Anito, Meleto y Licón a pedir la muerte de Sócrates, estos acusadores parecen ser, de hecho, los representantes de la "buena conciencia" de una sociedad que no desea ser interrogada sobre el fundamento de sus convicciones".

El mundo no ha cambiado mucho... pienso.

"Los hombres temen al pensamiento más que a cualquier otra cosa en la tierra, más que a la ruina, incluso más que a la muerte. El pensamiento es subversivo y revolucionario, destructivo y terrible; el pensamiento es despiadado con el privilegio, las instituciones establecidas y los hábitos confortables; el pensamiento es anárquico y sin ley, indiferente a la autoridad, despreocupado de la acreditada sabiduría de las edades.

El pensamiento escudriña el abismo del infierno y no teme. Ve al hombre, esa débil partícula, rodeado por insondables profundidades de silencio; sin embargo, procede arrogante, tan tranquilo como si fuera el señor del universo. El pensamiento es grande, y veloz, y libre, la luz del mundo, y la principal gloria del hombre.

Bertrand Russell en una manifestación por la paz.

Pero para que el pensamiento llegue a ser posesión de muchos, no privilegio de unos pocos, debemos eliminar el temor. Es el temor lo que contiene a los hombres -el temor de que sus acendradas creencias resulten engañosas, el temor de que las instituciones por las que viven resulten dañinas, el temor de que ellos mismos resulten menos dignos de respeto de lo que habían supuesto que eran.

“¿Debe el trabajador pensar libremente acerca de la propiedad? Entonces, ¿qué nos ocurriría a nosotros, los ricos? ¿Deben los jóvenes, hombres y mujeres, pensar libremente acerca del sexo? Entonces, ¿qué ocurrirá con la moralidad? ¿Deben los soldados pensar libremente acerca de la guerra? Entonces, ¿qué ocurrirá con la disciplina militar? ¡Basta de pensamiento! ¡Retornemos a las sombras del prejuicio, para que no corran peligro la propiedad, la moral y la guerra!

Es mejor que los hombres sean estúpidos, lerdos y tiránicos, y no que su pensamiento sea libre. En efecto, si su pensamiento fuera libre, podrían no pensar como nosotros. Y este desastre debe evitarse a toda costa”.

Así argumentan los oponentes del pensamiento en las profundidades inconscientes de su alma. Y así actúan en sus iglesias, sus escuelas y sus universidades."

BERTRAND RUSSELL, Principios de reconstrucción social, 1916.

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