
Mañana domingo 17 de Febrero 2008 se declarará la independencia de Kosovo, EE.UU. y la mayoría de estados de la Unión Europea se preparan para reconocer a Kosovo rápidamente, pero Serbia y Rusia se oponen intensamente a la declaración de independencia.
Kosovo por ahora seguía siendo una provincia de Serbia y durante siglos ha sido escenario de una tensa relación entre sus habitantes de origen albanés y la población serbia.
El tristemente célebre presidente Serbio Slobodan Milosevic, al llegar al poder abolió la autonomía que poseía Kosovo, y como respuesta a esto, a mediados de los 90 un movimiento guerrillero albano-kosovar, el Ejército de Liberación de Kosovo (KLA), llevó a cabo una serie de atentados contra objetivos serbios. Estos ataques precipitaron una respuesta militar brutal y masiva.
Es muy razonable las preguntas sobre la estabilidad económica de Kosovo.
¿Puede esta provincia, calificada ya antes como la zona más pobre de Yugoslavia, sobrevivir independientemente?
Todavía en la actualidad esta región es una de las más pobres de Europa: en el 2005 el ingreso per cápita fue, según el Banco Mundial, de 1.243 euros al año. El 37 por ciento de la población cuenta con aproximadamente 1,42 euros para sobrevivir el día.
La pobreza impera ampliamente entre niños, ancianos, madres solteras, minusválidos, desempleados y las minorías no serbias como por ejemplo los Roma. La tasa de analfabetismo es de casi el 25 por ciento, según cálculos del Kosovo Education Centre. No existe información confiable sobre los niveles de educación de la población kosovar.
¿Puede un país sobrevivir en estas condiciones? Poco antes de que se haga el anuncio de independencia surgen dudas. “Los independentistas kosovares ignoran la realidad económica”, comenta en su edición del pasado 9 de febrero el Wall Street Journal. Ruth Wedgwood, profesora de Derecho Internacional de la Universidad Johns Hopkins de Baltimore, se opone a la independencia de Kosovo. "Kosovo tiene carbón, plomo y gente. Se encuentra en una esquina de Europa que pocos turistas visitan", escribe. “Desde la perspectiva política no existen motivos para la independencia desde que Milosevic abandonó el poder”. Dossier:el dilema de Kosovo
La pobreza impera ampliamente entre niños, ancianos, madres solteras, minusválidos, desempleados y las minorías no serbias como por ejemplo los Roma. La tasa de analfabetismo es de casi el 25 por ciento, según cálculos del Kosovo Education Centre. No existe información confiable sobre los niveles de educación de la población kosovar.
¿Puede un país sobrevivir en estas condiciones? Poco antes de que se haga el anuncio de independencia surgen dudas. “Los independentistas kosovares ignoran la realidad económica”, comenta en su edición del pasado 9 de febrero el Wall Street Journal. Ruth Wedgwood, profesora de Derecho Internacional de la Universidad Johns Hopkins de Baltimore, se opone a la independencia de Kosovo. "Kosovo tiene carbón, plomo y gente. Se encuentra en una esquina de Europa que pocos turistas visitan", escribe. “Desde la perspectiva política no existen motivos para la independencia desde que Milosevic abandonó el poder”. Dossier:el dilema de Kosovo
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